Repercusión oftalmológica de los traumatismos maxilofacialesOphthalmological repercussion of maxillofacial traumatisms
Abstract:

Se presenta un estudio prospectivo de 40 pacientes afectados por traumatismos maxilofaciales con lesiones oftalmológicas asociadas, asistidos en el Hospital Clinico quirúrgico Docente "Saturnino Lora" de Santiago de Cuba, durante el año 1995. La lesión oftalmológica más frecuente fue el hematoma palpebral, asociado con un porcentaje significativo de lesiones graves, las cuales estaban en relación con el área afectada durante el traumatismo. Se comportó con incidencia elevada la agudeza visual dentro de los límites normales. La secuela que más se presentó fue la cicatriz deformante de anejos. Se reportan casos de secuelas graves como la pérdida del globo ocular. Los estudios electrofisiológicos demostraron su importancia para la evaluación funcional de las lesiones oftalmológicas.

prospective study of 40 patients suffering from maxillofacial traumatisms with associated ophthalmological injuries that recieved attention at "Saturnino Lora" Clinical and Surgical Teaching Hospital, in Santiago de Cuba, in 1995, was presented. The most frequent ophthalmological injury was the palpebral hematoma associated with a significant percentage of severe injuries, which were related to the area affected during traumatism. Visual acuity had an elevated incidence within the normal limits. The adnexa deforming scar was the most common sequela. Cases of severe sequelae, such as the loss of the eyeball, were reported.

Keywords:
    • lesiones oftalmológicas;
    • traumatismos maxilofaciales;
    • lesión palpebral;
    • agudeza visual;
    • pérdida del globo ocular;
    • fractura del tercio medio lateral aislada;
    • estudios electrofisiológicos;
    • Maxillofacial traumatisms;
    • ocular traumatisms;
    • visual acuity;
    • prospective studies.
<p>Instituto Superior de Ciencias M&eacute;dicas Santiago de Cuba <br> Hospital Clinicoquir&uacute;rgico Docente &quot;Saturnino Lora&quot;. Servicio de Oftalmolog&iacute;a <br> </p><h2>Repercusi&oacute;n oftalmol&oacute;gica de los traumatismos maxilofaciales <br> </h2> <p><a href="#cargo">Dr. Jos&eacute; Manuel D&iacute;az Fern&aacute;ndez,<span class="superscript">1</span> Dra. Tania Gelina Silva Chel,<span class="superscript">2</span> Dr. Amado Barcas Ja&eacute;n,<span class="superscript">3</span> Dra. Miriam Vila Mustelier<span class="superscript">4</span> y Dr. Jacinto Robert Ramos<span class="superscript"></span></a><span class="superscript">5<a name="autor"></a></span></p><h4>Resumen <br> </h4> <p>Se presenta un estudio prospectivo de 40 pacientes afectados por traumatismos maxilofaciales con lesiones oftalmol&oacute;gicas asociadas, asistidos en el Hospital Clinico quir&uacute;rgico Docente &quot;Saturnino Lora&quot; de Santiago de Cuba, durante el a&ntilde;o 1995. La lesi&oacute;n oftalmol&oacute;gica m&aacute;s frecuente fue el hematoma palpebral, asociado con un porcentaje significativo de lesiones graves, las cuales estaban en relaci&oacute;n con el &aacute;rea afectada durante el traumatismo. Se comport&oacute; con incidencia elevada la agudeza visual dentro de los l&iacute;mites normales. La secuela que m&aacute;s se present&oacute; fue la cicatriz deformante de anejos. Se reportan casos de secuelas graves como la p&eacute;rdida del globo ocular. Los estudios electrofisiol&oacute;gicos demostraron su importancia para la evaluaci&oacute;n funcional de las lesiones oftalmol&oacute;gicas.</p> <p><i>Palabras clave:</i> lesiones oftalmol&oacute;gicas, traumatismos maxilofaciales, lesi&oacute;n palpebral, agudeza visual, p&eacute;rdida del globo ocular, fractura del tercio medio lateral aislada, estudios electrofisiol&oacute;gicos, secuelas.</p> <p> <br> En la presente d&eacute;cada muchos investigadores han estudiado el tema de la repercusi&oacute;n oftalmol&oacute;gica de los traumatismos cr&aacute;neo-faciales.<span class="superscript">1-4</span> <br> </p> <p>En nuestro pa&iacute;s, en 1993 <i>Saint-Blancar</i> y colaboradores,<span class="superscript">5</span> se&ntilde;alaron la asociaci&oacute;n entre los traumatismos oculares y las lesiones cr&aacute;neo-faciales. <br> </p> <p>Atendiendo a que el &oacute;rgano de la visi&oacute;n, por su elevada complejidad como estructura nerviosa, es tan sensible al trauma, decidimos realizar el presente estudio, con el objetivo de: <br> </p><ol> <li>Identificar los diferentes tipos de lesiones oftalmol&oacute;gicas que se asocian con el trauma maxilofacial. <br> </li> <li>Precisar las alteraciones de la agudeza visual inmediatas y mediatas. <br> </li> <li> Enunciar las secuelas oftalmol&oacute;gicas encontradas y su repercusi&oacute;n funcional expresada en los estudios electrofisiol&oacute;gicos. <br> </li> </ol><h4>M&eacute;todos <br> </h4> <p>Se realiz&oacute; un estudio prospectivo en 40 pacientes con traumatismos maxilofaciales y lesiones oftalmol&oacute;gicas asociadas, ingresados en el Hospital Clinicoquir&uacute;rgico Docente &quot;Saturnino Lora&quot; de Santiago de Cuba, durante el a&ntilde;o 1995. <br> </p> <p>Se confeccion&oacute; un formulario-encuesta donde se registraron las variables de inter&eacute;s seg&uacute;n los objetivos trazados. <br> </p> <p>La informaci&oacute;n primaria fue obtenida directamente del paciente valorada mediante examen cl&iacute;nico, radiol&oacute;gico y oftalmol&oacute;gico. <br> </p> <p>Las lesiones maxilofaciales se agrupan en: I. Fracturas del tercio medio lateral aisladas. II. Fracturas del tercio medio superior. III. Fracturas del tercio medio inferior. IV. Lesiones de partes blandas. <br> </p> <p>Los datos se procesaron de forma computarizada y los resultados se exponen mediante tablas y gr&aacute;ficos, seg&uacute;n los objetivos propuestos. <br> </p> <p>Se calcularon porcentajes como medida de resumen para variables cualitativas; para la identificaci&oacute;n de asociaci&oacute;n entre variables, en las tablas que la disposici&oacute;n final de los n&uacute;meros as&iacute; lo permiti&oacute;, se calcul&oacute; el estad&iacute;grafo Chi cuadrado, con un nivel de significaci&oacute;n de 0,05. <br> </p><h4>Resultados <br> </h4> <p>La tabla 1 muestra que en los 40 pacientes estudiados se encontraron 52 lesiones oftalmol&oacute;gicas, donde sobresale el hematoma palpebral con el 40 %. Se observa el 17,3 % de lesiones graves, tales como la retinopat&iacute;a traum&aacute;tica, el estallamiento del globo ocular y las heridas perforantes; as&iacute; como el 7,7 % de estallamiento del globo ocular, patolog&iacute;a grave que conduce a la p&eacute;rdida de dicho ojo. <br> </p> <p align="center"><b>Tabla 1.</b> Distribuci&oacute;n de las lesiones oftalmol&oacute;gicas asociadas con el traumatismo maxilofacial</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td>Lesi&oacute;n oftalmol&oacute;gica</td><td> <div align="center">Frecuencia</div></td><td> <div align="center">&nbsp;%</div></td></tr> <tr> <td>Hematoma palpebral </td><td> <div align="center">21 </div></td><td> <div align="center">40,4</div></td></tr> <tr> <td>Herida palpebral</td><td> <div align="center">8 </div></td><td> <div align="center">15,4</div></td></tr> <tr> <td>Uve&iacute;tis anterior </td><td> <div align="center">6 </div></td><td> <div align="center">11,5</div></td></tr> <tr> <td>Hematoma retrobular</td><td> <div align="center">5 </div></td><td> <div align="center">9,6</div></td></tr> <tr> <td>Estallamiento del globo ocular</td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">7,7</div></td></tr> <tr> <td>Retinopat&iacute;a traum&aacute;tica</td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">7,7</div></td></tr> <tr> <td>Ptosis palpebral</td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">3,9</div></td></tr> <tr> <td>Herida perforante ocular </td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">1,9</div></td></tr> <tr> <td>Lesi&oacute;n de los m&uacute;sculos extr&iacute;nsecos</td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">1,9</div></td></tr> <tr> <td>Total </td><td> <div align="center">52 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: planilla-encuesta. <br> </p> <p>&nbsp;</p> <p> Las fracturas del tercio medio lateral aisladas fueron las que m&aacute;s lesiones oftamol&oacute;gicas presentaron, con el 36 %, seguidas por las fracturas del tercio medio superior con el 35 %; esto se debe a que las estructuras &oacute;seas que conforman estos tipos de fracturas (cigom&aacute;ticas, selectivas de paredes orbitarias y naso-etmoidorbitarias) son las que m&aacute;s pr&oacute;ximas est&aacute;n a las &oacute;rbitas (figura). <br> </p> <p align="center"><a href="/img/revistas/est/v41n3/f0104304.jpg"><img src="/img/revistas/est/v41n3/f0104304.jpg" width="223" height="226" border="0"></a></p> <p align="center">Figura. Distribuci&oacute;n de lesiones oftalmol&oacute;gicas seg&uacute;n grupos de traumatismos maxilofaciales. <br> </p> <p>Para casi todas las lesiones maxilofaciales el hematoma palperal result&oacute; el de mayor incidencia (40,4 %), donde se destac&oacute; el grupo I, con el 57,8 %. En el grupo III predominaron las heridas palpebrales (42,8 %). El grupo III solo se relacionan con lesiones oftalmol&oacute;gicas leves, debido a la relaci&oacute;n anat&oacute;mica. De forma diferente se comportaron los grupos I, II y IV, que representaron el 10,6; 27,8 y 28,6 % respectivamente de lesiones graves (tabla 2). <br> </p> <p align="center"><b>Tabla 2.</b> Distribuci&oacute;n de las lesiones oftalmol&oacute;gicas seg&uacute;n grupos de traumatismos maxilofaciales</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td>&nbsp;</td><td colspan="10"> <div align="center">Grupos de traumatismos maxilofaciales</div></td></tr> <tr> <td>Lesi&oacute;n oftamol&oacute;gica</td><td colspan="2"> <div align="center">&nbsp;&nbsp;I </div></td><td colspan="2"> <div align="center">&nbsp;II </div></td><td colspan="2"> <div align="center">III </div></td><td colspan="2"> <div align="center">&nbsp;IV </div></td><td colspan="2"> <div align="center">Total</div></td></tr> <tr> <td>&nbsp;</td><td> <div align="center">No.</div></td><td> <div align="center">% </div></td><td> <div align="center">No.</div></td><td> <div align="center">% </div></td><td> <div align="center">No.</div></td><td> <div align="center">% </div></td><td> <div align="center">No. </div></td><td> <div align="center">% </div></td><td> <div align="center">No. </div></td><td> <div align="center">&nbsp;%</div></td></tr> <tr> <td>Hematoma palpebral</td><td> <div align="center">11 </div></td><td> <div align="center">57,8 </div></td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">22,3</div></td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">50,0 </div></td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">28,6</div></td><td> <div align="center">21 </div></td><td> <div align="center">40,4</div></td></tr> <tr> <td>Herida palpebral </td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">10,5</div></td><td> <div align="center">3 </div></td><td> <div align="center">16,7</div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;&nbsp;3 </div></td><td> <div align="center">42,8</div></td><td> <div align="center">8 </div></td><td> <div align="center">15,4</div></td></tr> <tr> <td>Uveitis anterior</td><td> <div align="center">3 </div></td><td> <div align="center">15,8</div></td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">5,5</div></td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">25,0</div></td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">-</div></td><td> <div align="center">6 </div></td><td> <div align="center">11,5</div></td></tr> <tr> <td>Hematoma retrobular</td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">5,3</div></td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">11,1</div></td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">25,0 </div></td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">5 </div></td><td> <div align="center">&nbsp;9,6</div></td></tr> <tr> <td>Estallamiento del globo ocular </td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;2 </div></td><td> <div align="center">&nbsp;11,1</div></td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;2 </div></td><td> <div align="center">&nbsp;28,6</div></td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">7,7</div></td></tr> <tr> <td>Retinopat&iacute;a traum&aacute;tica </td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">5,3</div></td><td> <div align="center">3 </div></td><td> <div align="center">16,7</div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">&nbsp;7,7</div></td></tr> <tr> <td>Ptosis palpebral</td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">11,1</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;2 </div></td><td> <div align="center">&nbsp;&nbsp;3,9</div></td></tr> <tr> <td>Herida perforante ocular </td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;1 </div></td><td> <div align="center">5,5</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">1,9</div></td></tr> <tr> <td>Lesi&oacute;n de los m&uacute;sculos extr&iacute;nsecos</td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">5,3</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">&nbsp; - </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">1,9</div></td></tr> <tr> <td>Total </td><td> <div align="center">19</div></td><td> <div align="center">100,0 </div></td><td> <div align="center">18 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td><td> <div align="center">8 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td><td> <div align="center">7 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td><td> <div align="center">52 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: planilla-encuesta.</p> <p>La valoraci&oacute;n precisa de la agudeza visual inicial es indispensable para el diagn&oacute;stico y tratamiento de las lesiones oculares, lo cual se muestra en la tabla 3. En nuestro universo se encontr&oacute; que el 70,0 % de los pacientes presentaba una visi&oacute;n dentro de los l&iacute;mites normales (1,0-0,8). El 20 % de los pacientes presentaron toma importante de la visi&oacute;n. A los 3 meses de evoluci&oacute;n en todos nuestros pacientes sometidos o no a intervenci&oacute;n quir&uacute;rgica, el n&uacute;mero de estos con agudeza visual de 1,0-0,8 aument&oacute; al 82,5 % y el n&uacute;mero de pacientes con ceguera disminuya a un 10 %, relacionado esto con los pacientes con diagn&oacute;stico de estallamiento del globo ocular. <br> </p> <p align="center"><b>Tabla 3.</b> Distribuci&oacute;n de los pacientes seg&uacute;n agudeza visual durante el ingreso y a los 3 meses</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td rowspan="2"> <div align="center">Agudeza visual</div></td><td colspan="2"> <div align="center">Al ingreso</div></td><td colspan="2"> <div align="center">A los 3 meses</div></td></tr> <tr> <td> <div align="center">No.</div></td><td> <div align="center">% </div></td><td> <div align="center">No.</div></td><td> <div align="center">&nbsp;%</div></td></tr> <tr> <td>1,0-0,8 </td><td> <div align="center">28 </div></td><td> <div align="center">70,0</div></td><td> <div align="center">33 </div></td><td> <div align="center">82,5</div></td></tr> <tr> <td>0,7-0,5</td><td> <div align="center">3 </div></td><td> <div align="center">7,5</div></td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">2,5</div></td></tr> <tr> <td>0,4-0,2</td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">2,5</div></td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">5,0</div></td></tr> <tr> <td>0,1-CD</td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">10,0</div></td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center">-</div></td></tr> <tr> <td>Bultos-PL</td><td> <div align="center">&nbsp;- </div></td><td> <div align="center">&nbsp;-</div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>ND PL </td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">10,0</div></td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">10,0</div></td></tr> <tr> <td>Total </td><td> <div align="center">40 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td><td> <div align="center">40 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: planilla-encuesta.</p> <p>En nuestra investigaci&oacute;n, de 52 lesiones oftalmol&oacute;gicas encontradas, 17 presentaron secuelas, para el 32,6 %. La secuela oftalmol&oacute;gica m&aacute;s frecuente fue la cicatriz deformante de anejos (29,4 %), seguida de la retinopat&iacute;a traum&aacute;tica (23,5 %); una secuela tan grave como la p&eacute;rdida del globo ocular se present&oacute; en el 23,5 % de los casos (tabla 4). <br> </p> <p align="center"><b>Tabla 4.</b> Distribuci&oacute;n de las secuelas oftalmol&oacute;gicas asociadas con el traumatismo maxilofacial</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td>Secuelas oftalmol&oacute;gicas</td><td> <div align="center">Frecuencia</div></td><td> <p align="center">%</p></td></tr> <tr> <td>Cicatriz deformante </td><td> <div align="center">5 </div></td><td> <div align="center">29,4</div></td></tr> <tr> <td>Retinopat&iacute;a traum&aacute;tica</td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">23,5</div></td></tr> <tr> <td>P&eacute;rdida del globo ocular</td><td> <div align="center">4 </div></td><td> <div align="center">23,4</div></td></tr> <tr> <td>Ptosis palpebral</td><td> <div align="center">2 </div></td><td> <div align="center">11,8</div></td></tr> <tr> <td>Diplopia</td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">5,9</div></td></tr> <tr> <td>Leucoma corneal</td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">5,9</div></td></tr> <tr> <td>Total </td><td> <div align="center">17 </div></td><td> <div align="center">100,0</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: planilla-encuesta.</p> <p>En el presente estudio solo hicimos estudios electrofisiol&oacute;gicos de forma selectiva de los casos que requer&iacute;an. En los casos de retinopat&iacute;a traum&aacute;tica, de 4 pacientes, los 4 presentaron un ERG subnormal, para el 100 % de los casos. <br> </p><h4>Discusi&oacute;n <br> </h4> <p>En nuestro estudio, muchas de las lesiones oculares eran transitorias y ninguna de consecuencia permenente; sin embargo, la incidencia del 17,3 % de lesiones graves, tales como la retinopat&iacute;a traum&aacute;tica, el estallamiento del globo ocular y las heridas perforantes, es significativa. En el estudio realizado por <i>Al-Qunainy</i> en 1991,<span class="superscript">3</span> aparece el 11,6 % de pacientes con dichas lesiones. <br> </p> <p>Seg&uacute;n <i>Holt</i> y <i>Holth</i>,<span class="superscript">6</span> el 67 % de los pacientes con fracturas faciales sufren alg&uacute;n grado de lesi&oacute;n ocular, a diferencia de <i>Lepkin</i><span class="superscript">7</span> que refiere el 4 %. Para los primeros, las fracturas del tercio medio facial eran las que m&aacute;s probabilidades ten&iacute;an de causar una lesi&oacute;n al globo ocular,<span class="superscript">7</span> lo cual concuerda con nuestros resultados, al ser las fracturas del tercio medio lateral aisladas y tercio medio superior, con el 36 y 35 %, respectivamente, las que m&aacute;s lesiones oftalmol&oacute;gicas presentaron. <br> </p> <p>En nuestro universo se encontr&oacute; que el 70,0 % de los pacientes presentaban una visi&oacute;n dentro de los l&iacute;mites normales (1,0-0,8). El 20 % de los pacientes presentaron toma importante de la visi&oacute;n. En estudios similares, <i>Thaller</i><span class="superscript">1</span> y <i>Holt-Holt</i><span class="superscript">6</span> encontraron el 13 % y 6,3 %, respectivamente de Amaurosis, lo que sugiere que la ceguera puede estar relacionada con las fracturas craneofaciales en un porcentaje peque&ntilde;o, pero importante de casos. <br> </p> <p>Aunque la p&eacute;rdida de visi&oacute;n se ha informado asociada con lesiones craneofaciales, deber&aacute; tenerse presente que la disminuci&oacute;n de la agudeza visual tambi&eacute;n se ha observado despu&eacute;s de la reparaci&oacute;n de las fracturas faciales.<span class="superscript">6</span> Por otra parte, algunos autores han reportado mejor&iacute;a de la visi&oacute;n.<span class="superscript">7</span> <br> </p> <p>Tener conciencia de la posibilidad de una lesi&oacute;n y su reconocimiento inmediato, es muy importante en la mejor&iacute;a del estado visual del paciente con una lesi&oacute;n en un ojo. El diagn&oacute;stico es casi siempre directo cuando la lesi&oacute;n primaria es globalmente ocular o los s&iacute;ntomas primarios son visuales. Sin embargo, en ojos simplemente normales y con buena visi&oacute;n pueden estar presentes lesiones significativas. La valoraci&oacute;n inicial de todos los pacientes con traumatismos maxilofaciales ubicados fundamentalmente en el tercio medio facial superior o lateral aislado, debe incluir un buen examen ocular, que debe realizarse inmediatamente despu&eacute;s de la estabilizaci&oacute;n general y se debe preceder a la reparaci&oacute;n de la fractura.</p><h4>Summary</h4> <p>A prospective study of 40 patients suffering from maxillofacial traumatisms with associated ophthalmological injuries that recieved attention at &quot;Saturnino Lora&quot; Clinical and Surgical Teaching Hospital, in Santiago de Cuba, in 1995, was presented. The most frequent ophthalmological injury was the palpebral hematoma associated with a significant percentage of severe injuries, which were related to the area affected during traumatism. Visual acuity had an elevated incidence within the normal limits. The adnexa deforming scar was the most common sequela. Cases of severe sequelae, such as the loss of the eyeball, were reported. <br> </p><i>Key words</i>: Maxillofacial traumatisms, ocular traumatisms, visual acuity, prospective studies. <br> <h4>Referencias bibliogr&aacute;ficas <br> </h4> <!-- ref --><P>1. Thaller SR, Yaranchuk W. Exploration of the orbital fluor: An indicated procederes 3. J Craneofac Surg 1998;3(4):187-90. <br> </P> <!-- ref --><P>2. Usguthorpe ID. Orbital wall fractures: evaluation and management. Otolaryngol Head Neck Surg 1998;107(5):702-7. <br> </P> <!-- ref --><P>3. Al-Qurainy JA, Stasser LFA, Dutton GN. The caracteristic of midfacial fractures and the association with ocular lujury: a prospective study. Br J Oral Maxillofac Surg 1993;31:291-301. <br> </P> <!-- ref --><P>4. Al-Qurainy JA, Titterington DM, Dutton GN. Midfacial fractures and the eye: the development of a system for detecting patient at resh of eje lujury. Br J Oral Maxillofac Surg 1993;31:302-7. <br> </P> <!-- ref --><P>5. Saint-Blancar G, Jard&iacute;nez L, Mart&iacute;nez I. Traumatismos oculares. Estudio descriptivo en pacientes ingresados. Rev Cubana Oftalmol 1993;6(2):112-8. <br> </P> <!-- ref --><P> 6. Holt GR, Holt JE. Incidence of eye lujuries in facial fractures: an analysis of 727 cases. Otolaryngol Head Neck Surg 1983;91:276-84. <br> </P> <!-- ref --><P>7. Lepkin AF, Woodson GE, Miller RH. Visual loss due to orbital fracture. Arch Otolaryngol Head Neck Surg 1999;125(1):81-3.<p>Recibido: 16 de septiembre del 2003. Aprobado: 12 de enero del 2004. <br> Dr. <i>Jos&eacute; Manuel D&iacute;az Fern&aacute;ndez</i>. Independencia No. 125 entre 4ta. Y Ave. De C&eacute;spedes, Reparto Sue&ntilde;o, Santiago de Cuba, CP 90900, Cuba.</p> <p><span class="superscript"><a href="#autor">1 </a></span><a href="#autor">Especialista de II Grado en Cirug&iacute;a Maxilofacial. Profesor Asistente. <br> <span class="superscript">2</span> Especialista de I Grado en Oftalmolog&iacute;a. <br> <span class="superscript">3</span> Especialista de I Grado en Cirug&iacute;a Maxilofacial. Profesor Asistente.</a> <br> <a href="#autor"><span class="superscript">5</span> Especialista de I Grado en Neurocirug&iacute;a.</a> <a name="cargo"></a><a href="#autor"> </a> </p>

References

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