Infección odontogénica grave: Posibles factores predictores
Abstract:

Se analizaron factores que pudieran predisponer a una infección odontogénica grave que requiera cuidados intensivos. Se realizó un estudio observacional descriptivo a 100 pacientes ingresados consecutivamente con infección odontogénica severa en el Hospital "Manuel Ascunce Domenech" de Camagüey desde 1999 al 2001. A partir de las historias clínicas se estudiaron diferentes variables que incluyeron parámetros médicos, sociales y procedimientos dentales previos. Se prestó particular atención al resultado de los cultivos bacterianos. La edad media de los 59 pacientes masculinos y 41 femeninos fue de 41 ± 15,8 años; 18 pacientes requirieron cuidados intensivos. El 41 % de los pacientes era de bajo nivel de escolaridad; 11 pacientes graves (61,1 %) y 42 no graves (51,2 %) eran fumadores. Dos pacientes (11,1 %) de los graves y 8 (9,8 %) de los no graves referían consumo excesivo de bebidas alcohólicas. La prevalencia de enfermedades crónicas fue mayor entre los no graves (31,7 %). La afección subyacente más común fue la osteítis periapical (70 % de los episodios infecciosos), seguido por la extracción dental en el 27,5 % de los graves y 10,9 % de los no graves. Ninguno de estos factores predijo la necesidad de cuidados intensivos. No existieron diferencias significativas en cuanto a síntomas, demora en solicitar atención médica, procedimientos dentales previos o terapéutica antimicrobiana. Predominaron los estreptococos aerobios (grupo S. milleri) asociados con bacterias anaerobias variadas. No se encontraron variables sociales o clínicas predictoras de un curso grave en infecciones odontogénicas. Todos los pacientes deben ser cuidadosamente monitoreados para evitar complicaciones severas.

Those factors that may predispose to a severe odontogenic infection requiring intensive care were analyzed. An observational descriptive study was conducted among 100 patients that were consecutively admitted with severe odontogenic infection at "Manuel Ascunce Domenech" Hospital, in Camagüey, from 1999 to 2001. Different variables, including medical and social parameters and previous dental procedures were studied based on the medical histories. Special emphasis was made on the results of the bacterial cultures. The mean age of the 59 male patients and 41 female patients was of 41 ± 15.8. 18 patients needed intesive care. 41 % of the patients had a low educational level. 11 severe patients (61.1 %) and 42 non-severe (51.2 %) were smokers. 2 patients (11.1 %) of the severe and 8 (9.8 %) of the non-severe drank alcoholic beverage excessively. The prevalence of chronic diseases was higher among the non-severe (31.7 %). The most common underlying affection was periapical osteitis (70 % of the infectious episodes ) followed by tooth extraction in 27.5 % of the severe and 10.9 % of the non-severe. None of these factors predicted the need of intensivce care. There were no significant differences concerning symptoms , delay to request medical attention, previous dental procedures or antimicrobial therapeutics. The aerobial streptococcus (S. Milleri group) associated with varied anaerobial bacteria predominated. No social or clinical variables prediciting a severe course in odontogenic infections were found. All the patients should be carefully monitored to prevent severe complications.

Keywords:
    • ABSCESO PERIAPICAL;
    • PERIAPICAL ABSCESS.
<p>Hospital Provincial Clinicoquir&uacute;rgico Docente &quot;Manuel Ascunce Domenech&quot;, Camag&uuml;ey <br> </p><h2>Infecci&oacute;n odontog&eacute;nica grave. Posibles factores predictores <br> </h2> <p><a href="#cargo">Dr. Oscar Garc&iacute;a-Roco P&eacute;rez,<span class="superscript">1</span> Dr. Jorge Luis Zequeira Pe&ntilde;a,<span class="superscript">2</span> Dr. Lemis Due&ntilde;as Rosquete<span class="superscript">3</span> y Dr. Alfredo Correa Moreno<span class="superscript">4</span></a><a name="autor"></a> <br> </p><h4>Resumen <br> </h4> <p>Se analizaron factores que pudieran predisponer a una infecci&oacute;n odontog&eacute;nica grave que requiera cuidados intensivos. Se realiz&oacute; un estudio observacional descriptivo a 100 pacientes ingresados consecutivamente con infecci&oacute;n odontog&eacute;nica severa en el Hospital &quot;Manuel Ascunce Domenech&quot; de Camag&uuml;ey desde 1999 al 2001. A partir de las historias cl&iacute;nicas se estudiaron diferentes variables que incluyeron par&aacute;metros m&eacute;dicos, sociales y procedimientos dentales previos. Se prest&oacute; particular atenci&oacute;n al resultado de los cultivos bacterianos. La edad media de los 59 pacientes masculinos y 41 femeninos fue de 41 &plusmn; 15,8 a&ntilde;os; 18 pacientes requirieron cuidados intensivos. El 41 % de los pacientes era de bajo nivel de escolaridad; 11 pacientes graves (61,1 %) y 42 no graves (51,2 %) eran fumadores. Dos pacientes (11,1 %) de los graves y 8 (9,8 %) de los no graves refer&iacute;an consumo excesivo de bebidas alcoh&oacute;licas. La prevalencia de enfermedades cr&oacute;nicas fue mayor entre los no graves (31,7 %). La afecci&oacute;n subyacente m&aacute;s com&uacute;n fue la oste&iacute;tis periapical (70 % de los episodios infecciosos), seguido por la extracci&oacute;n dental en el 27,5 % de los graves y 10,9 % de los no graves. Ninguno de estos factores predijo la necesidad de cuidados intensivos. No existieron diferencias significativas en cuanto a s&iacute;ntomas, demora en solicitar atenci&oacute;n m&eacute;dica, procedimientos dentales previos o terap&eacute;utica antimicrobiana. Predominaron los estreptococos aerobios (grupo <i>S. milleri</i>) asociados con bacterias anaerobias variadas. No se encontraron variables sociales o cl&iacute;nicas predictoras de un curso grave en infecciones odontog&eacute;nicas. Todos los pacientes deben ser cuidadosamente monitoreados para evitar complicaciones severas. <br> </p> <p><i>DeCS: </i>ABSCESO PERIAPICAL/diagn&oacute;stico. <br> </p> <p>La infecci&oacute;n odontog&eacute;nica es la m&aacute;s com&uacute;n en la regi&oacute;n cervicofacial; tiene como origen las estructuras que forman el diente y el periodonto, y que en su progresi&oacute;n espont&aacute;nea afecta el huevo maxilar en su regi&oacute;n periapical.<span class="superscript">1 </span>En su evoluci&oacute;n natural busca la salida hacia la cavidad bucal en una zona no alejada del diente responsable, aunque a veces, debido a las inserciones musculares, puede observarse una propagaci&oacute;n hacia regiones anat&oacute;micas ya m&aacute;s alejadas de la regi&oacute;n periapical afectada en principio.<span class="superscript">1,2</span></p> <p>Sin embargo, en determinadas ocasiones, la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica no se circunscribe a esta zona que denominamos &quot;infecci&oacute;n primaria&quot;, sino que puede haber una diseminaci&oacute;n secundaria, que compromete por continuidad estructuras m&aacute;s alejadas de los maxilares (espacios cervicofaciales) o todav&iacute;a m&aacute;s lejanos (pulm&oacute;n, endocardio, cerebro, etc.) cuando se produce una embolizaci&oacute;n s&eacute;ptica por v&iacute;a linf&aacute;tica o hem&aacute;tica. Tambi&eacute;n existe la posibilidad de que los g&eacute;rmenes sigan el camino de la v&iacute;a digestiva, donde suelen quedar inactivados por el pH g&aacute;strico, o de la v&iacute;a respiratoria, si bien es cierto que para que se produzca este paso hacia el &aacute;rbol bronquial debe concurrir una ausencia de reflejos.<span class="superscript">2-4</span></p> <p>Los agentes de mayor frecuencia son estafilococos dorados y blancos, seguido por estreptococos, neumococos, veillonelas, neisserias, actinobacterias, bacilos fusiformes, leptotrix, vibriones y espiroquetas. La infecci&oacute;n odontog&eacute;nica se considera polimicrobiana.<span class="superscript">1</span></p> <p>A pesar de que habitualmente la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica es de f&aacute;cil control, en algunos casos, en dependencia de circunstancias que se tratar&aacute;n m&aacute;s adelante, pueden surgir una serie de complicaciones que hacen que este proceso morboso adquiera una gravedad importante hasta llegar a ser letal.<span class="superscript">3,5,6 </span>La clave para que esto no suceda es un diagn&oacute;stico oportuno en cuanto a certeza y precocidad, y un tratamiento eficaz. El hecho de disponer de una multiplicidad de antibi&oacute;ticos cada vez m&aacute;s potentes no debe hacernos pensar que nuestra actuaci&oacute;n queda minimizada.<span class="superscript">7-12</span></p> <p>Debido a la frecuencia con que los pacientes acuden a los servicios de cirug&iacute;a maxilofacial con un diagn&oacute;stico y tratamiento inadecuados de este tipo de afecciones, se realiz&oacute; este estudio, con el objetivo de analizar los factores y hallazgos cl&iacute;nicos que pueden predisponer al agravamiento de la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica.</p><h4>M&eacute;todos</h4> <p>Se realiz&oacute; un estudio observacional descriptivo a 100 pacientes mayores de 15 a&ntilde;os, ingresados consecutivamente con infecci&oacute;n odontog&eacute;nica severa en el Hospital Clinicoquir&uacute;rgico Docente &quot;Manuel Ascunce Domenech&quot; de Camag&uuml;ey, desde 1999 al 2001. Para el diagn&oacute;stico de la celulitis facial odont&oacute;gena se tuvo en cuenta la extensi&oacute;n de la inflamaci&oacute;n a m&aacute;s de una regi&oacute;n anat&oacute;mica y la presencia de un diente afectado en el &aacute;rea inflamada por caries dental, retenci&oacute;n dentaria, pericoronaritis, presencia de quistes odontog&eacute;nicos, traumas dentoalveolares y patolog&iacute;as pulpares.<span class="superscript">1,6</span> A partir de las historias cl&iacute;nicas se estudiaron diferentes variables, que incluyeron par&aacute;metros m&eacute;dicos, sociales y procedimientos dentales previos. Se prest&oacute; particular atenci&oacute;n al resultado de los cultivos bacterianos. <br> </p><h6>Variables:</h6><ul> <li> Edad. <br> </li> <li> Sexo. <br> </li> <li> Escolaridad. <br> </li> <li> Procedencia. <br> </li> <li> H&aacute;bitos t&oacute;xicos. <br> </li> <li> Inmunodepresi&oacute;n primaria o secundaria. <br> </li> <li> Etiolog&iacute;a. <br> </li> <li> Diente causal. <br> </li> <li> Signos de toxemia aguda. <br> </li> <li> Tratamientos previos al ingreso del paciente. <br> </li> <li> Tiempo entre inicio de la tumefacci&oacute;n e ingreso del paciente. <br> </li> <li> Presencia de microorganismos como resultado del cultivo con antibiograma. <br> </li> <li> Antimicrobianos y v&iacute;as de administraci&oacute;n. <br> </li> <li> Complicaciones. <br> </li> </ul> <p>Los pacientes se dividieron en 2 grupos, seg&uacute;n recibieron atenci&oacute;n en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o no. La informaci&oacute;n se recolect&oacute; de forma sistem&aacute;tica en una planilla dise&ntilde;ada con este objetivo, con variables demogr&aacute;ficas y espec&iacute;ficas. Se proces&oacute; en una microcomputadora IBM compatible mediante el paquete de programas estad&iacute;sticos SPSS para Windows. Se realiz&oacute; estad&iacute;stica descriptiva con distribuciones de frecuencia en cantidad y porcentaje, y estad&iacute;stica inferencial con pruebas de hip&oacute;tesis de proporciones y tablas de contingencia con la prueba de Chi cuadrado, con un nivel de significaci&oacute;n de 0,05.</p><h4>Resultados</h4> <p>La edad media de los 59 pacientes masculinos y 41 femeninos fue de 41&plusmn;15,8 a&ntilde;os. Requirieron cuidados intensivos 18 pacientes (11 hombres y 7 mujeres), con una edad media de 39,9 a&ntilde;os. No existieron diferencias con el grupo de los no graves (48 masculinos y 34 femeninos, con una edad media de 41,2). La tabla 1 muestra algunas variables socio-demogr&aacute;ficas y cl&iacute;nicas previas al ingreso hospitalario; 11 pacientes graves (61,1 %) y 42 no graves (51,2 %) eran fumadores. Dos pacientes graves (11,1 %) y 8 no graves (9,8 %) refer&iacute;an consumo excesivo de bebidas alcoh&oacute;licas. La prevalencia de enfermedades cr&oacute;nicas causales de inmunodepresi&oacute;n primaria o secundaria fue mayor en los no graves (31,7 %). El 44,4 % de los graves y el 53,7 % de los no graves fueron de procedencia urbana. El 41 % de los pacientes ten&iacute;a un bajo nivel de escolaridad. La afecci&oacute;n causal m&aacute;s com&uacute;n fue la caries, presente en el 44,5 y 53,7 % de los episodios infecciosos, seguido por la extracci&oacute;n dental en el 27,5 % de los graves y 10,9 % de los no graves.</p> <p align="center">Tabla 1. Distribuci&oacute;n seg&uacute;n algunas variables socio-demogr&aacute;ficas y cl&iacute;nicas previas al ingreso hospitalario</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td>Variable</td><td> <div align="center">Grupo UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td> <div align="center">Grupo no UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td> <div align="center">Total</div></td></tr> <tr> <td>H&aacute;bitos t&oacute;xicos</td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>H&aacute;bito de fumar</td><td> <div align="center">11 (61,1) </div></td><td> <div align="center">42 (51,2) </div></td><td> <div align="center">53</div></td></tr> <tr> <td height="20">Consumo excesivo de alcohol </td><td height="20"> <div align="center">2 (11,1) </div></td><td height="20"> <div align="center">8 (9,8) </div></td><td height="20"> <div align="center">10</div></td></tr> <tr> <td height="2">Enfermedades previas con inmunodepresi&oacute;n </td><td height="2"> <div align="center">2 (11,1)</div></td><td height="2"> <div align="center">26 (31,7) </div></td><td height="2"> <div align="center">28</div></td></tr> <tr> <td>Procedencia</td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>Urbana </td><td> <div align="center">8 (44,4) </div></td><td> <div align="center">44 (53,7) </div></td><td> <div align="center">54</div></td></tr> <tr> <td>Rural </td><td> <div align="center">10 (55,6)</div></td><td> <div align="center">38 (46,3) </div></td><td> <div align="center">46</div></td></tr> <tr> <td>Escolaridad</td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>Baja</td><td> <div align="center">8 (44,5) </div></td><td> <div align="center">33 (40,2) </div></td><td> <div align="center">41</div></td></tr> <tr> <td>Media</td><td> <div align="center">6 (33,3)</div></td><td> <div align="center">28 (34,2)</div></td><td> <div align="center">34</div></td></tr> <tr> <td>Alta </td><td> <div align="center">4 (22,2) </div></td><td> <div align="center">21 (25,6) </div></td><td> <div align="center">25</div></td></tr> <tr> <td>Etiolog&iacute;a</td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>Caries</td><td> <div align="center">8 (44,5) </div></td><td> <div align="center">44 (53,7)</div></td><td> <div align="center">52</div></td></tr> <tr> <td>Enfermedad periodontal </td><td> <div align="center">1 (5,6) </div></td><td> <div align="center">9 (10,9) </div></td><td> <div align="center">10</div></td></tr> <tr> <td>Trauma agudo </td><td> <div align="center">3 (16,8) </div></td><td> <div align="center">13 (15,8)</div></td><td> <div align="center">16</div></td></tr> <tr> <td>Trauma cr&oacute;nico </td><td> <div align="center">1 (5,6) </div></td><td> <div align="center">7 (8,5)</div></td><td> <div align="center">8</div></td></tr> <tr> <td>Exodoncia previa </td><td> <div align="center">5 (27,5) </div></td><td> <div align="center">9 (10,9) </div></td><td> <div align="center">14</div></td></tr> <tr> <td>Signos de toxemia aguda </td><td> <div align="center">6 (33,3) </div></td><td> <div align="center">21 (25,6)</div></td><td> <div align="center">27</div></td></tr> <tr> <td>Tratamientos previos al ingreso </td><td> <div align="center">9 (50,0) </div></td><td> <div align="center">39 (47,5)</div></td><td> <div align="center">48</div></td></tr> <tr> <td>Tiempo entre el inicio de la tumefacci&oacute;n y el ingreso</td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>Hasta 72 horas </td><td> <div align="center">7 (38,8)</div></td><td> <div align="center">44 (53,7) </div></td><td> <div align="center">51</div></td></tr> <tr> <td>4 a 6 d&iacute;as </td><td> <div align="center">8 (44,5) </div></td><td> <div align="center">21 (25,6)</div></td><td> <div align="center">29</div></td></tr> <tr> <td>7 d&iacute;as y m&aacute;s </td><td> <div align="center">3 (16,7) </div></td><td> <div align="center">17 (20,7)</div></td><td> <div align="center">20</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: encuestas. <br> P&gt; 0,05.</p> <p></p> <p>Ninguno de estos factores predijo la necesidad de cuidados intensivos. No existieron diferencias significativas en cuanto a s&iacute;ntomas de toxemia aguda (33,3 y 25,6 %, respectivamente), demora en solicitar atenci&oacute;n m&eacute;dica (aunque puede se&ntilde;alarse que el 53,7 % de los no graves la recibieron antes de las 72 horas contra el 38,8 % en los graves), procedimientos dentales previos y dem&aacute;s variables.</p> <p>En cuanto a la distribuci&oacute;n seg&uacute;n diente causal, se aprecia el predominio de los molares inferiores en el 44,5 % de los pacientes graves y el 46,3 % de los no graves; el resto muestra una distribuci&oacute;n similar (tabla 2).</p> <p align="center">Tabla 2. Distribuci&oacute;n seg&uacute;n diente causal</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td>Diente causal </td><td> <div align="center">Grupo UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td> <div align="center">Grupo no UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td> <div align="center">Total</div></td></tr> <tr> <td>Molar inferior </td><td> <div align="center">8 (44,5) </div></td><td> <div align="center">38 (46,3)</div></td><td> <div align="center">46</div></td></tr> <tr> <td>Canino superior </td><td> <div align="center">3 (16,8) </div></td><td> <div align="center">17 (20,7)</div></td><td> <div align="center">20</div></td></tr> <tr> <td height="19">Molar superior</td><td height="19"> <div align="center">3 (16,8) </div></td><td height="19"> <div align="center">11 (12,2) </div></td><td height="19"> <div align="center">14</div></td></tr> <tr> <td>Canino inferior </td><td> <div align="center">1 (5,6) </div></td><td> <div align="center">8 (9,7)</div></td><td> <div align="center">9</div></td></tr> <tr> <td>Incisivo superior </td><td> <div align="center">1 (5,6) </div></td><td> <div align="center">4 (4,8)</div></td><td> <div align="center">5</div></td></tr> <tr> <td>Otro diente </td><td> <div align="center">2 (11,1)</div></td><td> <div align="center">5 (6,0)</div></td><td> <div align="center">7</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: encuestas. <br> P&gt; 0,05.</p> <p>Predominaron los estreptococos aerobios (grupo <i>S. milleri</i>) asociados con bacterias anaerobias variadas (tabla 3).</p> <p align="center">Tabla 3. Distribuci&oacute;n seg&uacute;n presencia de microorganismos como resultado del cultivo con antibiograma</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td>Microorganismos </td><td> <div align="center">Grupo UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td> <div align="center">Grupo no UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td> <div align="center">Total</div></td></tr> <tr> <td><i>Streptococcus</i> Grupo <i>milleri </i></td><td> <div align="center">7 (38,8)</div></td><td> <div align="center">26 (31,7) </div></td><td> <div align="center">33</div></td></tr> <tr> <td><i>Peptostreptococcus </i></td><td> <div align="center">4 (22,2) </div></td><td> <div align="center">11 (13,4)</div></td><td> <div align="center">15</div></td></tr> <tr> <td>Prevotella </td><td> <div align="center">3 (16,8) </div></td><td> <div align="center">8 (9,7)</div></td><td> <div align="center">11</div></td></tr> <tr> <td>Fusobacterium </td><td> <div align="center">3 (16,8)</div></td><td> <div align="center">5 (6,0)</div></td><td> <div align="center">8</div></td></tr> <tr> <td>Porphyromona </td><td> <div align="center">3 (16,8) </div></td><td> <div align="center">4 (4,8)</div></td><td> <div align="center">7</div></td></tr> <tr> <td>Klebsiella </td><td> <div align="center">1 (5,6) </div></td><td> <div align="center">5 (6,0)</div></td><td> <div align="center">6</div></td></tr> <tr> <td>Veillonela </td><td> <div align="center">2 (11,1) </div></td><td> <div align="center">2 (2,4)</div></td><td> <div align="center">4</div></td></tr> <tr> <td>Pseudomona aeruginosa </td><td> <div align="center">1 (5,6)</div></td><td> <div align="center">-</div></td><td> <div align="center">1</div></td></tr> <tr> <td>No crecimiento bacteriano </td><td> <div align="center">6 (33,3) </div></td><td> <div align="center">40 (48,7) </div></td><td> <div align="center">46</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: encuestas. <br> P&gt; 0,05.</p> <p>La terap&eacute;utica antimicrobiana m&aacute;s utilizada fue la Penicilina G pot&aacute;sica o s&oacute;dica por v&iacute;a endovenosa, combinada con aminogluc&oacute;sidos (22 %), o sola (21 %), as&iacute; como la Penicilina G proca&iacute;nica por v&iacute;a intramuscular combinada con aminogluc&oacute;sidos (19 %) y Cefalosporinas de primera, segunda o tercera generaciones en varias combinaciones (tabla 4).</p> <p align="center">Tabla 4. Distribuci&oacute;n seg&uacute;n antimicrobianos y v&iacute;as de administraci&oacute;n</p><table width="75%" border="1" align="center" height="431"> <tr> <td width="43%">Antimicrobiano (v&iacute;a de administraci&oacute;n) </td><td width="24%"> <div align="center">Grupo UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td width="25%"> <div align="center">Grupo no UCI <br> N&uacute;mero de pacientes (%)</div></td><td width="8%"> <div align="center">Total</div></td></tr> <tr> <td>Penicilina G pot&aacute;sica o s&oacute;dica (EV)</td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td><td> <div align="center"></div></td></tr> <tr> <td>(EV) + Gentamicina (EV)</td><td> <div align="center">6 (33,3) </div></td><td> <div align="center">16 (19,5)</div></td><td> <div align="center">22</div></td></tr> <tr> <td>Penicilina G pot&aacute;sica o s&oacute;dica <br> </td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">21 (25,6) </div></td><td> <div align="center">21</div></td></tr> <tr> <td height="37">Penicilina G proca&iacute;nica <br> (IM) + Gentamicina (IM) </td><td height="37"> <div align="center">- </div></td><td height="37"> <div align="center">19 (23,1)</div></td><td height="37"> <div align="center">19</div></td></tr> <tr> <td>Cefazolina (EV)</td><td> <div align="center">1 (5,5) </div></td><td> <div align="center">7 (8,5)</div></td><td> <div align="center">8</div></td></tr> <tr> <td height="36">Ceftriaxona <br> (EV)+ Metronidazol (EV)</td><td height="36"> <div align="center">5 (27,7)</div></td><td height="36"> <div align="center">1 (1,2)</div></td><td height="36"> <div align="center">6</div></td></tr> <tr> <td height="35">Cefazolina <br> (IM)+ Kanamicina (IM)</td><td height="35"> <div align="center">- </div></td><td height="35"> <div align="center">5 (6,0)</div></td><td height="35"> <div align="center">5</div></td></tr> <tr> <td>Ciprofloxacina (O) </td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">5 (6,0)</div></td><td> <div align="center">5</div></td></tr> <tr> <td>Amikacina (EV) </td><td> <div align="center">1 (5,5)</div></td><td> <div align="center">2 (2,4)</div></td><td> <div align="center">3</div></td></tr> <tr> <td>Penicilina G proca&iacute;nica (IM) </td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">3 (3,6)</div></td><td> <div align="center">3</div></td></tr> <tr> <td>Metronidazol (EV) </td><td> <div align="center">- </div></td><td> <div align="center">2 (2,4)</div></td><td> <div align="center">2</div></td></tr> <tr> <td>Ceftriaxona (EV)</td><td> <div align="center">2 (11,1)</div></td><td> <div align="center">-</div></td><td> <div align="center">2</div></td></tr> <tr> <td>Vancomicina (EV) </td><td> <div align="center">1 (5,5) </div></td><td> <div align="center">1 (1,2)</div></td><td> <div align="center">2</div></td></tr> <tr> <td>Ceftazidima (EV) </td><td> <div align="center">1 (5,5)</div></td><td> <div align="center">-</div></td><td> <div align="center">1</div></td></tr> <tr> <td height="32">Cefoxitina <br> (EV) + Metronidazol (O) </td><td height="32"> <div align="center">1 (5,5)</div></td><td height="32"> <div align="center">-</div></td><td height="32"> <div align="center">1</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: encuestas. <br> P&gt; 0,05.</p> <p>Las formas graves de la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica m&aacute;s frecuentes en pacientes que requirieron cuidados intensivos (tabla 5) fueron la angina de Ludwig (44,5 %) y la meningitis bacteriana (27,8 %).</p> <p align="center">Tabla 5. Formas graves de la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica en pacientes que requirieron UCI</p><table width="75%" border="1" align="center"> <tr> <td height="14">Complicaci&oacute;n </td><td height="14"> <div align="center">N&uacute;mero de pacientes</div></td><td height="14"> <div align="center">(%)</div></td></tr> <tr> <td>Angina de Ludwig</td><td> <div align="center">8 </div></td><td> <div align="center">(44,5)</div></td></tr> <tr> <td>Meningitis </td><td> <div align="center">5</div></td><td> <div align="center">(27,8 )</div></td></tr> <tr> <td>Sepsis generalizada </td><td> <div align="center">3 </div></td><td> <div align="center">(16,7)</div></td></tr> <tr> <td>Fascitis necrotizante cervicofacial </td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">(5,5)</div></td></tr> <tr> <td>Absceso cerebral </td><td> <div align="center">1 </div></td><td> <div align="center">(5,5)</div></td></tr> </table> <p align="center">Fuente: encuestas. <br> P&gt; 0,05. <br> </p><h4>Discusi&oacute;n</h4> <p>Es com&uacute;n en varios estudios el predominio de pacientes masculinos con infecciones odontog&eacute;nicas, con afectaci&oacute;n de los espacios submandibular y mentoniano seg&uacute;n diente causal, por las particularidades anat&oacute;micas de la zona.<span class="superscript">8,13,14</span></p> <p>La colonizaci&oacute;n e infecci&oacute;n bacteriana de la regi&oacute;n periapical pueden obedecer a varias causas, aunque en nuestro &aacute;mbito la v&iacute;a pulpar, que tiene como origen primario una caries, sigue siendo la m&aacute;s importante; en ocasiones esta propagaci&oacute;n periapical puede ser yatrog&eacute;nica, como consecuencia de una manipulaci&oacute;n inadecuada.<span class="superscript">2,3</span></p> <p>Diversos autores destacan la importancia de realizar un diagn&oacute;stico correcto en presencia de un absceso periapical o una celulitis facial, estudiar correctamente el diente causante del proceso inflamatorio periapical y utilizar un tratamiento adecuado y efectivo, para evitar futuras complicaciones.<span class="superscript">1,3,5,6</span></p> <p>Se ha observado que una gran mayor&iacute;a de pacientes con celulitis facial odont&oacute;gena son atendidos y remitidos de su &aacute;rea de salud despu&eacute;s de transcurridos algunos d&iacute;as de tratamiento antimicrobiano, cuyo estado evolutivo es mantenido o el tratamiento indicado ha sido evaluado como desfavorable. La demora que en ocasiones se produce para su remisi&oacute;n al Servicio de Cirug&iacute;a Maxilofacial, conlleva a complicaciones.<span class="superscript">6,7</span></p> <p>La diseminaci&oacute;n de la infecci&oacute;n en el curso de un proceso s&eacute;ptico odont&oacute;geno es peligrosa para la vida. Estudios realizados en la Academia de Mosc&uacute; reportan un aumento de los procesos s&eacute;pticos de 2 a 2,5 veces.<span class="superscript">4</span> Indican la hospitalizaci&oacute;n urgente cuando se sospechen complicaciones durante la evoluci&oacute;n del paciente.<span class="superscript">4,14</span></p> <p>Las complicaciones en las enfermedades inflamatorias con presencia de pus en la regi&oacute;n maxilofacial son responsables del 0,56 % de resultados letales, tales como la trombosis del seno cavernoso, absceso cerebral y sepsis generalizada. Se insiste en que el diagn&oacute;stico temprano y el tratamiento intensivo de tales condiciones es un imperativo. El grado de intoxicaci&oacute;n en los abscesos y flemones del &aacute;rea son sumamente inconstantes y los microorganismos pueden relacionarse con la microflora bucal, la edad del paciente y reactividad del organismo.<span class="superscript">2,3,13</span></p> <p>Los estudios de prevalencia microbiana de la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica son algo discordantes. En algunas series, los cocos grampositivos anaerobios facultativos siguen siendo los m&aacute;s frecuentes, mientras que en otras, el predominio corresponde a los bacilos gramnegativos anaerobios estrictos. El tratamiento antibacteriano, cuyo objetivo primordial es combatir la infecci&oacute;n bacteriana, debe centrarse en estas especies. Se se&ntilde;ala la tendencia a asociarse determinados g&eacute;rmenes que actuar&iacute;an de forma conjunta con uno predominante, y los dem&aacute;s con un papel m&aacute;s secundario.<span class="superscript">1,5</span></p> <p>Esta postura cr&iacute;tica parece ser el fruto de una cierta deficiencia t&eacute;cnica en la recogida y cultivo de las muestras a analizar. La selecci&oacute;n del paciente tambi&eacute;n supone un factor de distorsi&oacute;n, ya que no es lo mismo tener en cuenta o no aquellos que han requerido hospitalizaci&oacute;n, puesto que con toda seguridad vamos a obtener una serie de g&eacute;rmenes con una agresividad mayor. Por &uacute;ltimo, recordar la distorsi&oacute;n que supone la enorme dificultad de interpretar un cultivo sin que el paciente haya seguido previamente un tratamiento con antibi&oacute;ticos, ya que estrictamente se requerir&iacute;a un per&iacute;odo de &quot;virginidad&quot; de 6 meses, eventualidad pr&aacute;cticamente imposible de conseguir.<span class="superscript">1,9</span></p> <p>Los pacientes que acuden a nuestro servicio con celulitis facial odontog&eacute;nica en su mayor&iacute;a son sanos y los que presentan antecedentes patol&oacute;gicos, su enfermedad no constituye una contraindicaci&oacute;n para diferir o no realizar el tratamiento indicado.<span class="superscript">10</span> Se describe, al igual que en nuestro trabajo, la administraci&oacute;n del antimicrobiano por v&iacute;a endovenosa, la Penicilina como medicamento de elecci&oacute;n y la incidencia de estreptococo como microorganismo presente en las infecciones.<span class="superscript">1,5-7</span></p> <p>Se destaca que los antibi&oacute;ticos son f&aacute;rmacos que deben utilizarse racionalmente; en este sentido, se tendr&aacute;n que evitar siempre las dosis subinhibitorias y los tratamientos innecesariamente largos,<span class="superscript">11,12</span> y recordar que muchos tratamientos mec&aacute;nicos (aperturas camerales, endodoncias) o quir&uacute;rgicos (desbridamientos, exodoncias) son resolutivos.<span class="superscript">14</span></p>Se concluye que no se encontraron variables sociales o cl&iacute;nicas predictoras de un curso grave en infecciones odontog&eacute;nicas. Todos los pacientes deben ser cuidadosamente monitoreados para evitar complicaciones severas. <h4>Summary</h4> <p></p> <p>Those factors that may predispose to a severe odontogenic infection requiring intensive care were analyzed. An observational descriptive study was conducted among 100 patients that were consecutively admitted with severe odontogenic infection at &quot;Manuel Ascunce Domenech&quot; Hospital, in Camag&uuml;ey, from 1999 to 2001. Different variables, including medical and social parameters and previous dental procedures were studied based on the medical histories. Special emphasis was made on the results of the bacterial cultures. The mean age of the 59 male patients and 41 female patients was of 41 &plusmn; 15.8. 18 patients needed intesive care. 41 % of the patients had a low educational level. 11 severe patients (61.1 %) and 42 non-severe (51.2 %) were smokers. 2 patients (11.1 %) of the severe and 8 (9.8 %) of the non-severe drank alcoholic beverage excessively. The prevalence of chronic diseases was higher among the non-severe (31.7 %). The most common underlying affection was periapical osteitis (70 % of the infectious episodes ) followed by tooth extraction in 27.5 % of the severe and 10.9 % of the non-severe. None of these factors predicted the need of intensivce care. There were no significant differences concerning symptoms , delay to request medical attention, previous dental procedures or antimicrobial therapeutics. The aerobial streptococcus (S. Milleri group) associated with varied anaerobial bacteria predominated. No social or clinical variables prediciting a severe course in odontogenic infections were found. All the patients should be carefully monitored to prevent severe complications.</p> <p><i>Subject headings: </i>PERIAPICAL ABSCESS/diagnosis. <br> </p><h4>Referencias bibliogr&aacute;ficas</h4><ol> <li> Berini Ayt&eacute;s L, Garatea Crelgo J, Gay Escoda C. La infecci&oacute;n odontog&eacute;nica: concepto, etiopatogenia, bacteriolog&iacute;a y cl&iacute;nica. En: Gay Escoda C, Berini Ayt&eacute;s L. Cirug&iacute;a bucal. Madrid: Ergon; 1999. p. 597-622. <br> </li> <li> Gay Escoda C, Berini Ayt&eacute;s L. V&iacute;as de propagaci&oacute;n de la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica. En: Cirug&iacute;a bucal. Madrid: Ergon; 1999. p. 623-44. <br> </li> <li> Dinatale E. Diseminaci&oacute;n de la infecci&oacute;n odontog&eacute;nica. Acta Odontol Venezolana 2000:38(1):37-43. <br> </li> <li> Kudinova ES. Septic metastatic complications in facial furuncules and carbuncles. Stomatologiia 1999;78(3):22-5. <br> </li> <li> Flynn T, Wiltz M, Adamo A, Levy M, McKitnick J, Freeman K, et al. Predicting length of hospital stay and penicillin failure in severe odontogenic infections. Int J Oral Maxillofac Surg 1999;28(Suppl 1):47-9. <br> </li> <li> Rodr&iacute;guez Calzadilla OL. Diagn&oacute;stico y tratamiento de la celulitis facial odont&oacute;gena. 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Resistencia bacteriana: o perigo que nos cerca. Rev JAO 2002;5(29):22-3. <br> </li> <li> Cheung LK, Chow LK, Tsung MH, Tung LK. An evaluation of complications following dental extractions using either sterile or clean gloves. Int J Oral Maxillofac Surg 2001;30(6):550-4. <br> </li> <li> Shargorodskii AG, Zabelin AS, Fedora GG, Baranovskii VA. The combined treatment of patient with progressive phlegmons of the maxillofacial area. Stomatologiia 1998;77(2):32-4. <br> </li> </ol> <p>Recibido: 11 de noviembre del 2002. Aprobado: 12 de enero del 2003. <br> Dr. <i>Oscar Garc&iacute;a-Roco P&eacute;rez</i>. Sta. Rita 5 entre Rep&uacute;blica y Sta. Rosa, Camag&uuml;ey, Cuba. e-mail: <a href="mailto:ogarcia@finlay.cmw.sld.cu">ogarcia@finlay.cmw.sld.cu</a> <br> </p> <p>&nbsp; </p> <p><span class="superscript"><a href="#autor">1</a></span><a href="#autor"> Especialista de I Grado en Cirug&iacute;a Maxilofacial. <br> <span class="superscript"><b>2</b></span><b> </b>Especialista de I Grado en Cirug&iacute;a Maxilofacial. Instructor de la Facultad de Estomatolog&iacute;a del ISCM-C. <br> <span class="superscript"><b>3</b></span> Especialista de I Grado en Microbiolog&iacute;a M&eacute;dica. M&aacute;ster en Parasitolog&iacute;a. <br> <span class="superscript"><b>4</b></span> Especialista de I Grado en Anestesiolog&iacute;a y Reanimaci&oacute;n.</a><a name="cargo"></a><a href="#autor"> <br> </a> </p>
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